Escucho constantemente que padres y madres no matriculan a sus hijos en clases de karate debido a que temen que estos se vuelvan agresivos o que les hagan daño. Aunque entendemos de dónde puede emerger estas ideas, es importante recalcar, que las artes marciales no promueven la violencia, pues por el contrario lo que promueven es la auto defensa. Esta auto defensa no necesariamente tiene que ver con la defensa de una agresión física. Se refiere también a la defensa del las situaciones que encontramos en el diario vivir, ya que nos brinda la confianza y ofrece herramientas para que podamos sobrellevar esas situaciones que no podemos controlar y forman parte de la vida. Ejemplo de esto es, desarrollar confianza en el individuo para que tenga la confianza de pararse frente a alguien y solicitar ayuda, o simplemente pedir algo. Eso parece fácil, pero para muchos individuos es sumamente complejo.
Estas desarrollan en el individuo valores como el respeto a la diversidad, la solidaridad, la empatía, la unidad, entre otros. También el trabajo en equipo, y aunque su práctica es grupal su ejecutoría es individual. Por ello, les enseña que aunque somos únicos, pertenecemos a un grupo, a una sociedad; y por lo tanto, lo que afecta a mi compañero, me afecta a mi también. El karate es mucho más que lanzar golpes y gritar. Es enfocar esos golpes a un punto determinado para poder sobrellevar la carga del diario vivir de forma responsable, sana y segura. Es además recrearse para poder tener momentos de ocio. La recreación es una herramienta que utilizamos los seres humanos para adaptarnos y sobrevivir, por ello el karate practicado de forma recreativa, es una herramienta útil para promover la diversión, la socialización, la salud, la longevidad, la satisfacción y la relajación.
Ya podrás ver, que los mitos se van deconstuyendo, pues el karate no es agresivo ni mucho menos violento. Veamos otro ejemplo. ¿Qué hacemos cuando estamos cargados de un día de mucho trabajo, estrés y ajoro? En ocasiones, cuando salimos del trabajo o la escuela, nos llevamos esos sentimientos a nuestro hogar, y aunque es natural, sabemos que no es saludable hacerlo pues llevamos esas cargas a nuestro entorno familiar. Entonces, para evitar eso, buscamos alternativas que nos ayuden a liberar esas tensiones y emociones del diario. Una de estas alternativas es practicar karate. En el, puede golpear un saco y las guantillas, puedes conversar con tus compañeros y maestro acerca de esto que te aqueja. De esta forma lo sacas de tú sistema y equilibras tú mente.
El karate es para todos, niños, niñas, hombres, mujeres, individuos con necesidades especiales. En resumen, para todo aquel que desee aprender a controlar sus emociones, disfrutar y a la misma vez, utilizar su conocimiento para el bienestar tanto individual como colectivo. Date la oportunidad de participar de una experiencia única y transformadora, en donde tus ideas puedan ser verbo en donde todos tenemos derecho a disfrutar, enseñando con cariño, confianza y respeto.
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